Hace menos de un mes que Almazbek Atambáyev es el primer ministro de Kirguizistán pero desde hace mucho tiempo tenía decidido cual sería su primera decisión: bautizar una montaña de 4.500 metros en la cordillera de Tien Shan con el nombre de Vladimir Putin. Ni corto ni perezoso esta fue la idea del nuevo dirigente del ejecutivo kirguís para mostrar su agradecimiento al primer ministro ruso por su apoyo durante las elecciones tras unos meses bastante convulsos en el país.
A principios de este año el presidente Kurmanbek Bakíev tuvo que abandonar el país y refugiarse en Bielorrusia después de las protesta de los opositores contra su gobierno donde murieron 83 personas supuestamente a manos de la policía. Tras la destitución se formó un gobierno provisional en el que Atambéyak, líder del Partido Social demócrata (PS) ocupó el cargo de vicepresidente y Rosa Otunbayéva fue elegida presidenta, cargo que mantendrá hasta finales de 2011.
Detras de esta crisis de gobierno se encuentra como casi siempre la 'mano negra' de Rusia. Numerosas fuentes apuntan a que el antiguo presidente cometió el error de utilizar el dinero procedente del Kremlin para el beneficio de su familia. Aunque lo que si colmó la paciencia rusa fue la puesta en marcha de una base militar de Estados Unidos en territorio kirguís.
En la campaña militar estadounidénse en Afganistán juega un papel fundamental dichas instalaciones para abastecer a las tropas. Ejemplo de ello es que durante la época del gobierno provisional más de un representante de la Casa Blanca se lanzó a apoyar al nuevo ejecutivo. Al mismo tiempo que Rusia también lanzaba mensajes de apoyo con el objetivo de no perder a uno de los países que todavían consideran dentro de su órbita.
Sin embargo parece que los estadounidénses van a tener que trabajar el doble con el nuevo primer ministro para intentar despegarlo de la falda de la madre Rusia. El primer viaje que hará Atambáyev sera a Moscú para agradecer a Putin que fuera el primer dirigente mundial en apoyar al gobierno provisional. "Rusia siempre fue, es y será nuestro socio estratégico", explicó tras su proclamación. Eso sí, aseguró que la base militar de Estados Unidos en Manás permanecerá en el país por lo menos los próximos cuatro años. De todas formas la influencia rusa seguirá patente en uno de los pocos países del mundo donde dos de sus montañas, Putin y Yeltsin (fue nombrada en los noventa), llevan el nombre de dos mandatarios extranjeros.
Fuente fotografía: http://www.futuropasado.com/
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