Romario tiene claro que su carrera como político debe ser igual de exitosa que la futbolística. El diputado nacional del partido socialista quiere investigar los supuestos fraudes dentro de la Confederación Brasileña de Fútbol, una institución con mucha fuerza en el país por la relevancia del fútbol en la vida de los ciudadanos.
El exdelantero del Barcelona o PSV tendrá que buscar muchos apoyos porque delante tiene al todopoderoso presidente de la Confederación, José María Marín y a su antecesor Ricardo Teixeira (familia de Joao Havelange, antiguo presidente de la FIFA acusado por corrupción). Su idea es crear una comisión parlamentaria que se dedique a controlar las cuentas de la federación, que se encuentra en plenos preparativos del Mundial 2014.
Las sospechas de Romario y de otros diputados surgieron a partir de la denuncia del diario Folha de S. Paulo que destapó un supuesto desfalco de dinero. Concretamente los ingresos procedentes de un patrocinador de la federación estaban siendo depositados en las cuentas del Grupo Aguila, propiedad de Wagner Abrahao, íntimo amigo de Teixeira.
El patrocinador rompió el acuerdo después de que se publicaran dichos reportajes. Romario como diputado llamó a declarar a los responsables de finanzas y al presidente de la federación pero no acudieron a la cita. Detrás de este interés por la 'limpieza' por parte del exfutbolista está su deseo de ser responsable de la Confederación Brasileña de Fútbol.
Por cierto, no piensen que Romario ha asentado la cabeza y es otra persona. Sus líos de faldas no paran. Ahora ha dejado a su última novia para volver con su exesposa, con que la que 'aguantó' unos doce años. Un record para el exfutbolista.