Seguramente esta frase será la mas repetidas en Japón en la actualidad, después de la derrota del partido conservador en las urnas tras 54 años en el poder. Si, aunque sea increíble han sabido mantenerse a la cabeza de la administración nipona a pesar de atravesar en los últimos años una recesión galopante y muchos escándalos de corrupción.
Yukio Hatoyama, del partido demócrata, será el nuevo primer ministro de japón desbancando a Taro Aso, que ayer reconoció su derrota en las urnas. Pero lo más simbólico de este cambio político es que muchas familias políticas, que gobernaban el estado como si fuera su 'cortijo', han perdido su escaño dentro del parlamento nipón.
De los más de 107 millones de japoneses que estaban convocados a las urnas acudieron el 70%, tres puntos más por encima de las elecciones de 2005, cuando el partido conservador consiguió 333 escaños, que ahora sólo tendrá 119.
El partido demócrata únicamente tiene 11 años de existencias y es una amalgama de disidentes del partido conservador, junto a diferentes pequeños partidos de izquierdas. Uno de los principales aspectos en los que más ha incidido este partido durante la campaña ha sido la natalidad: Japón tiene una tasa bajísima de nacimientos -1,37 hijos por mujer (lejos de los 2,7 que asegura que la sociedad no esté repleta de ancianos). Para solucionar esta situación, Hatoyama ha prometido 2.500 euros por nacimiento (al estilo Zapatero) y la escolaridad gratuita hasta la universidad, por medio de becas.
Pero ¿cómo puede hacer este gasto estando el país en quiebra? La fórmula es sencilla: reduciendo el gasto astronómico que supone la Administración japonesa. Durante los 54 años de gobierno del partido conservador, las instituciones han ido engordando de manera galopante.
La figura de Hatoyama no es nueva en la clase política. Perteneciente a una familia de políticos claves dentro de los conservadores -su abuelo fundó el partido-, siempre defendió el cambio en la dirección del pais, lo que le llevó a abandonar las filas conservadoras en 1993.
Uno de los apoyos de Hatoyama es su mujer Miyuki, de la que ha llegado a llamar "mi sol que siempre brilla". Actriz, escritora de libros de cocina y comentarista de televisión, con ella volverá la figura de la primera dama activa, que no se recuerda en el gobierno desde Akie Abe, consorte de Shinzo Abe (gobernó tan solo dos años, 2006 y 2007).
Este nuevo aire para Japón puede ser el primer peldaño de la recuperación de una potencia dormida por su mala economía y que recuperará al dragón como actor predominante en Oriente.
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